Febrero: mes de los chequeos médicos escolares y aptos
físicos
Las instituciones educativas requieren la presentación
de evaluaciones físicas de sus estudiantes, desde audiometrías y consultas
oftalmológicas en niños, hasta exámenes antropométricos y cardiológicos de
adolescentes
Cercanos al comienzo de clases, madres y padres se dan
a la tarea de comprar los útiles y libros escolares, y de cumplir con uno de
los requisitos fundamentales de las instituciones educativas: el Certificado
Médico Escolar. Este consiste en una consulta oftalmológica para
determinar la agudeza visual y una audiometría. Asimismo se solicita un Apto Físico Escolar, un
certificado pedido por escuelas argentinas al niño o adolescente en forma
anual, que indica su estado de salud y determinará si puede o no
participar en la clase de educación física. El mismo se rige con los mismos
principios que el apto que puede solicitar una institución deportiva o
gimnasio. “Se debe recordar que el médico cardiólogo de por
sí solo no emite el apto físico definitivo, sino que comprende un eslabón del
enfoque multidisciplinario del paciente. Dado que, si bien una persona desde el
punto de vista cardiovascular puede estar apta para realizar un ejercicio,
puede ser también portadora de otras patologías no cardíacas (ej. asma
bronquial, epilepsia, diabetes) que desaconsejan o pueden limitar los
ejercicios físicos”, explica el Dr. Carlos Reguera, Coordinador del
Servicio de Cardiología de INEBA. Además de cumplir con las instituciones educativas,
estos certificados le permiten a los padres conocer el estado de salud de sus
hijos, detectar posibles enfermedades y fomentar la cultura de la prevención.
¿Para qué sirve y en qué consiste la realización de un
Certificado de Aptitud Física?
La confección del Certificado es uno de los pasos que se debe cumplir para la práctica segura de cualquier tipo de ejercicio físico y/o deporte. La Ley N° 139/98 obliga a los gimnasios a solicitar un certificado de aptitud física a las personas que realicen actividad física en sus instalaciones, escuelas y colegios se han hecho eco de su importancia y lo solicitan al comenzar las clases. El objetivo es detectar patologías a través del interrogatorio, examen físico y estudios complementarios. ¿Cuántas veces practicamos ejercicio físico sin saber si estamos en condiciones de hacerlo? Esto supone un riesgo, para disminuirlo, es necesario el Certificado de Aptitud Física. Además de seguir las pautas que recomiende el médico.
La confección del Certificado es uno de los pasos que se debe cumplir para la práctica segura de cualquier tipo de ejercicio físico y/o deporte. La Ley N° 139/98 obliga a los gimnasios a solicitar un certificado de aptitud física a las personas que realicen actividad física en sus instalaciones, escuelas y colegios se han hecho eco de su importancia y lo solicitan al comenzar las clases. El objetivo es detectar patologías a través del interrogatorio, examen físico y estudios complementarios. ¿Cuántas veces practicamos ejercicio físico sin saber si estamos en condiciones de hacerlo? Esto supone un riesgo, para disminuirlo, es necesario el Certificado de Aptitud Física. Además de seguir las pautas que recomiende el médico.
El certificado atestigua la aptitud física del
individuo considerando su edad, sexo y actividad a desarrollar. Comprende tres
áreas: 1) Clínico/pediátrica; 2) Traumatológica; y 3) Cardiovascular. Esta última intenta identificar patologías cardiovasculares
preexistentes y relevantes para reducir el riesgo asociado a la práctica del
deporte.
“Como recomendación, sugerimos que aquellos que
practiquen deportes o lleven a cabo algún tipo de actividad física realicen
previamente una evaluación de aptitud física”, explica el Dr. Hernán
Provera Coordinador del Área de Prevención Cardiovascular de INEBA. La
evaluación mínima de primer nivel para el apto físico cardiovascular en
deportes competitivos debe comprender: Interrogatorio, Examen físico y ECG de reposo. La Ergometría de 12
derivaciones y ecodoppler cardiaco quedan a criterio del médico.
INEBA ofrece la posibilidad de realizar
una evaluación médica para la obtención de un certificado de aptitud para
el inicio de una actividad física (para adolescentes y
adultos a partir de los 14 años) o bien un certificado médico
escolar (para niños desde los 7 años). Ambos certificados
se realizan de manera coordinada para dar atención personalizada a los pacientes
mediante un sistema de turnos que asegura una prestación de alta calidad en
corto tiempo, sin largas esperas ni múltiples consultas, otorgando
el resultado en el momento.