martes, 10 de julio de 2012

 V Jornadas Anuales de Neurociencias INEBA


TRAUMATISMO ENCEFALOCRANEAL: UN ANTES Y UN DESPUÉS EN LA VIDA DE LOS PACIENTES

Las lesiones cerebrales de causa traumática pueden provocar trastornos cognitivos y en la conducta, potencialmente discapacitantes aquejan la vida social y laboral de los afectados

Los traumatismos severos constituyen la principal causa de muerte en la población por debajo de los 40 años de edad. Específicamente en nuestro país, los accidentes de tránsito constituyen la causa más frecuente de muerte en personas jóvenes, siendo el traumatismo encefalocraneal (TEC) uno de los principales determinantes del fallecimiento del paciente que sufre un politraumatismo severo. “En adolescentes o adultos jóvenes, los TEC son la causa más habitual de lesión cerebral aguda, y en caso de no desencadenar la muerte, representan la principal causa de discapacidad funcional”, señala el doctor Gustavo Petracca, médico neurólogo y neuropsiquiatra, director médico de INEBA (Instituto de Neurociencias Buenos Aires).

Existen distintos tipos de traumatismo encefalocraneal. "En líneas generales se entiende por TEC leve aquel que produce un periodo de confusión o de amnesia post-traumática menor de 30 minutos. El periodo de alteración de la conciencia es de 30 minutos a 24 horas en el caso de los traumatismos moderados, y mayor a las 24 horas en los TEC severos", explica el doctor Ricardo Jorge, profesor del departamento de psiquiatría de la Universidad de Iowa, Estados Unidos e invitado especial de las V Jornadas Anuales de Neurociencias Buenos Aires.
Se suele asociar discapacidad fundamentalmente a una afección evidente como puede ser un déficit motriz, pero determinadas lesiones cerebrales pueden producir trastornos conductuales, emocionales o cognitivos, incluso sin afectar la motricidad. Esas alteraciones disminuyen la capacidad  funcional de las personas, es decir, su capacidad para desenvolverse en diferentes ámbitos  de la vida de manera  independiente y satisfactoria.  El doctor Jorge señala que numerosos estudios han demostrado que pacientes con TEC pueden presentar trastornos cognitivos (asociados a la memoria, atención y otras funciones cognitivas), y trastornos conductuales como   depresión, desinhibición conductual, impulsividad y apatía (falta de voluntad, interés e indiferencia), entre otras manifestaciones. "Los factores de riesgo asociados a los trastornos neuropsiquiátricos secundarios al TEC son: la edad del paciente, el antecedente de trastorno psiquiátrico y el abuso de sustancias o alcohol previo al TEC", afirma a modo de ejemplo.

Dado que los TEC son muy frecuentes en personas jóvenes, con la mayor parte de la vida por delante y potencialidades por desarrollar, el padecer estas alteraciones cognitivas y  conductuales produce un efecto negativo en su desempeño general además de ser muy discapacitantes en la vida del paciente. “Vemos personas jóvenes que antes del TEC tenían vínculos familiares, de pareja o sociales satisfactorios, en plena carrera universitaria, laboral y con un futuro promisorio, pero un evento súbito como un TEC severo modifica drásticamente sus vidas. También eso sucede con la familia del paciente, al ver al ser querido con limitaciones, cambios en su conducta o una forma de ser que no se condice con cómo era el paciente antes del TEC. Esto genera en el entorno un gran impacto emocional y una sobrecarga en la convivencia por el cuidado a dispensar", señala el doctor Petracca.

Los trastornos neuropsiquiátricos son limitantes en la rehabilitación neurológica de los pacientes, su adecuada detección y tratamiento, a través de programas diagnósticos y terapéuticos específicos para pacientes con TEC, realizados por un equipo interdisciplinario, determina una mejoría en alteraciones conductuales/cognitivas del paciente, posibilitando una rehabilitación favorable, una mejoría en la independencia funcional y en la calidad de vida del paciente y su familia.
Para el Doctor Petracca, los médicos que atienden a pacientes que sufrieron TEC deberían estar familiarizados con la detección de trastornos conductuales y cognitivos secundarios a lesiones en el cerebro. “En general, son subdiagnosticados, es decir, no se diagnostican en forma correcta porque no suelen tenerse en cuenta; y lo cierto, es que no se trata en forma adecuada lo que no se diagnostica", resalta. Y agrega: "Se ha avanzado, sobre todo en los últimos 20 años, en el conocimiento sobre los circuitos cerebrales involucrados en el procesamiento de emociones, estados de ánimo, regulación de impulsos y funciones cognitivas".


"Existen diversas líneas de investigación respecto a alternativas terapéuticas para las alteraciones conductuales y cognitivas secundarias a una injuria cerebral, y que promuevan la neuroplasticidad cerebral mediante la cual se restablecen conexiones y funciones cerebrales que toman a cargo la función del área cerebral lesionada. Entre las alternativas de tratamiento en diferentes fases de investigación están el uso de dosis bajas de medicaciones antidepresivas, estimulación magnética cerebral, estimulación cognitiva (en este caso ya con uso asistencial, con buenos resultados, como es en el caso de INEBA), hasta líneas de investigación básica como implante de células madre" describe el Profesor Dr. Jorge. Al respecto el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Iowa e INEBA poseen líneas de investigación clínica conjunta en alteraciones conductuales y cognitivas en pacientes con traumatismo encefalocraneal.








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