TRAUMATISMO ENCEFALOCRANEAL: UN ANTES Y UN DESPUÉS EN LA VIDA
DE LOS PACIENTES
Las lesiones cerebrales de causa traumática pueden provocar trastornos
cognitivos y en la conducta, potencialmente discapacitantes aquejan la vida
social y laboral de los afectados
Los
traumatismos severos constituyen la principal causa de muerte en la población
por debajo de los 40 años de edad. Específicamente en nuestro país, los
accidentes de tránsito constituyen la causa más frecuente de muerte en personas
jóvenes, siendo el traumatismo encefalocraneal (TEC) uno de los principales
determinantes del fallecimiento del paciente que sufre un politraumatismo severo.
“En adolescentes o adultos jóvenes, los
TEC son la causa más habitual de lesión cerebral aguda, y en caso de no
desencadenar la muerte, representan la principal causa de discapacidad
funcional”, señala el doctor Gustavo Petracca , médico neurólogo y neuropsiquiatra,
director médico de INEBA (Instituto de Neurociencias Buenos Aires).
Existen
distintos tipos de traumatismo encefalocraneal. "En líneas generales se entiende por TEC leve aquel que produce un
periodo de confusión o de amnesia post-traumática menor de 30 minutos. El
periodo de alteración de la conciencia es de 30 minutos a 24 horas en el caso
de los traumatismos moderados, y mayor a las 24 horas en los TEC severos",
explica el doctor Ricardo Jorge, profesor del departamento de psiquiatría de la
Universidad de Iowa, Estados Unidos e invitado especial de las V Jornadas
Anuales de Neurociencias Buenos Aires.
Se suele asociar discapacidad fundamentalmente a
una afección evidente como puede ser un déficit motriz, pero determinadas
lesiones cerebrales pueden producir trastornos conductuales, emocionales o
cognitivos, incluso sin afectar la motricidad. Esas alteraciones disminuyen la
capacidad funcional de las personas, es decir, su capacidad para
desenvolverse en diferentes ámbitos de la vida
de manera independiente y satisfactoria. El doctor
Jorge señala que numerosos estudios han demostrado que pacientes con TEC pueden
presentar trastornos cognitivos (asociados a la memoria, atención y otras
funciones cognitivas), y trastornos conductuales como depresión,
desinhibición conductual, impulsividad y apatía (falta de voluntad, interés e
indiferencia), entre otras manifestaciones. "Los factores de riesgo asociados a los trastornos neuropsiquiátricos
secundarios al TEC son: la edad del paciente, el antecedente de trastorno
psiquiátrico y el abuso de sustancias o alcohol previo al TEC", afirma
a modo de ejemplo.
Dado que
los TEC son muy frecuentes en personas jóvenes, con la mayor parte de la vida
por delante y potencialidades por desarrollar, el padecer estas alteraciones
cognitivas y conductuales produce un efecto negativo en su desempeño
general además de ser muy discapacitantes en la vida del paciente. “Vemos personas jóvenes que antes del TEC
tenían vínculos familiares, de pareja o sociales satisfactorios, en plena
carrera universitaria, laboral y con un futuro promisorio, pero un evento
súbito como un TEC severo modifica drásticamente sus vidas. También eso sucede
con la familia del paciente, al ver al ser querido con limitaciones, cambios en
su conducta o una forma de ser que no se condice con cómo era el paciente antes
del TEC. Esto genera en el entorno un gran impacto emocional y una sobrecarga
en la convivencia por el cuidado a dispensar", señala el doctor
Petracca.
Los
trastornos neuropsiquiátricos son limitantes en la rehabilitación neurológica
de los pacientes, su adecuada detección y tratamiento, a través de programas
diagnósticos y terapéuticos específicos para pacientes con TEC, realizados por
un equipo interdisciplinario, determina una mejoría en alteraciones
conductuales/cognitivas del paciente, posibilitando una rehabilitación
favorable, una mejoría en la independencia funcional y en la calidad de vida
del paciente y su familia.
Para el
Doctor Petracca, los médicos que atienden a pacientes que sufrieron TEC
deberían estar familiarizados con la detección de trastornos conductuales y
cognitivos secundarios a lesiones en el cerebro. “En general, son subdiagnosticados, es decir, no se diagnostican en
forma correcta porque no suelen tenerse en cuenta; y lo cierto, es que no se
trata en forma adecuada lo que no se diagnostica",
resalta. Y agrega: "Se ha avanzado,
sobre todo en los últimos 20 años, en el conocimiento sobre los circuitos
cerebrales involucrados en el procesamiento de emociones, estados de ánimo,
regulación de impulsos y funciones cognitivas".
"Existen diversas líneas de investigación
respecto a alternativas terapéuticas para las alteraciones conductuales y
cognitivas secundarias a una injuria cerebral, y que promuevan la neuroplasticidad
cerebral mediante la cual se restablecen conexiones y funciones cerebrales que
toman a cargo la función del área cerebral lesionada. Entre las alternativas de
tratamiento en diferentes fases de investigación están el uso de dosis bajas de
medicaciones antidepresivas, estimulación magnética cerebral, estimulación
cognitiva (en este caso ya con uso asistencial, con buenos resultados, como es
en el caso de INEBA), hasta líneas de investigación básica como implante de
células madre" describe el Profesor Dr. Jorge. Al respecto el Departamento de Psiquiatría de la
Universidad de Iowa e INEBA poseen líneas de investigación clínica conjunta en
alteraciones conductuales y cognitivas en pacientes con traumatismo
encefalocraneal.
Para más información: www.ineba.net
Centro de atención telefónica: 4867-7700
Dirección: Guardia Vieja 4435, CABA
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